COMENTARIO DE TEXTO 3º ESO
CHUSQUEROS
por
Juan José Millás
El lenguaje cotidiano ha devenido en una crónica de
guerra. La semana pasada cayó Ricardo; este lunes han herido a José; hoy mismo,
alguien ha visto a Antonia mendigar con disimulo en la puerta de un restaurante
caro. Un grupo de familias ha sido víctima de una emboscada de Bankia. Caen
como moscas, pues los que no pierden el trabajo al pisar una mina antipersonal,
pierden la casa o la salud o la cordura. A los caídos no se les entrega ninguna
medalla al mérito, no se les rinden honores, no se habla de lo eficaces que
fueron en su actividad, ni de su buena disposición, ni de su compañerismo.
Nadie coloca una bandera sobre sus ataúdes al tiempo que una banda de música
ataca un tema patriótico.
Entre tanto, y como en todas las guerras, los
generales, plácidamente acomodados en sus despachos con moqueta, colocan
banderitas sobre los mapas de los territorios conquistados mientras degustan un
coñac. Los generales de esta conflagración no llevan uniformes de campaña ni
botas de montar ni gorra, tampoco hablan nuestro idioma, nuestros idiomas. Son
gente vestida (o disfrazada) de civil cuyos cuarteles generales están en Nueva
York, en Berlín, en Bruselas, desde donde, gracias a las nuevas tecnologías,
nos ven a usted y a mí atravesando las pantallas de sus monitores, como
hormigas camino del trabajo, y deciden liquidarnos económicamente o tendernos
una trampa financiera mortal.
En la práctica, somos un país invadido por tropas
extranjeras, un país cuyas autoridades locales, vendidas al ejército invasor,
hacen el trabajo sucio del sargento chusquero en el ejército de siempre. Un
teatro de operaciones, en fin, de apariencia democrática, en el que no corre la
sangre ni se amontonan los cadáveres, pero en el que cada día son expulsados
fuera del sistema, que es tanto como decir fuera de la vida, miles de
inocentes.
(Fuente: El País, 26-10-2012)
(Fuente: El País, 26-10-2012)
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